miércoles, 26 de enero de 2011

RICARDO, o el deseo irresoluto de un hombre espiral...

"Tu es la vague, moi l’île nue
Tu vas, tu vas et tu viens
Entre mes reins
Tu vas et tu viens
Entre mes reins
Et je te rejoins".
(JE T´AIME, MOI NON PLUS- SERGE GAINSBOURG)

Ricardo. R-i-c-a-r-d-o, mis labios se funden en un deseo cuando veo tu sonrisa de chico malo. Me excitas demasiado. Tanto que la fantasía se rinde a tu ser y queda corta para ponerle un nombre, que no el sea el tuyo propio. Me mojo. Por ti me baño en cerveza a las 3am si con eso consigo atraparte aunque sea un rato.Suspiro. Recuerdo las muchas veces que pones esa cara de lujuria cuando alguna hembra cimbreante se desliza por las arterias de tu vecindario...

Ahhh, y también evoco cuando esa noche de Sábado que estuvimos en tu casa. Aunque no tan solos. En realidad un grupo de gente inoficiosa, y yo. Yo que no sabía como dinamitarlos a todos y quedarme a solas contigo. Aunque tu madre- tan linda y encantadora como tú- y tu perra Draga nos espien desde el pasillo. No. No preciso más que reunirme en estricto privado contigo, deperdigados en tu cómodo sofa de cuero blanco y que lo manchemos con los flujos de nuestro pecado. Alucino. Cuando te veo tararear alguna de esas salsas bobaliconas, y también adoro la forma en la que te lames los labios después de haber bebido algo.

Beberte, sorbo a sorbo y que me bebas. Quisiera hacerte las cosas más deliciosas, que suelen ser las más prohibidas, de este mundo. Inflamarme en tu cuerpo. Verte arder a fuego lento. Y que no escuches mis súplicas, que me partas en dos el cuerpo, el alma y el entendimiento. Y que estas ganas de ti me conviertan en artefacto, objeto y capricho tuyo. No me importa ser inmolado en el viento. Pecado anónimo. Violencia exasperada. Ah. Ricardo, qué pensarías si te enteras de estas declaraciones de pasión arrobada y extasiada en la transparencia de tu camisa blanca. Dejarías de abrazarme y llamarme con diminutivos, o me harías tuyo alli donde te vi sentado por primera vez, esas céntricas oficinas grises que huelen a pino y a tedio, y que son demasiado poca cosa para contener tu fuerza de macho avieso.

R-i-c-a-r-d-o. Ricardo eres tan liberal como lo creo. Harías honor a la frescura extranjera de tu apellido materno. Me tomarías como tu alimento diario. Me dejarías, por ejemplo, ser la lechuga de tu ensalada? Podrías saborear mi frescura a cada momento. Quiero ser tu guitarra de trovador amante, arranca arpegios de mi cuerpo. Ricky, como te dicen tus amigos, why don´t you fuck me a litte? No ves que estoy a punto de estallar en mi pantalla por ti. Ricardo... Oh Ricardo, enbriaguemos en tu sala y dame lo que necesito... Aquí... Allá en tu cuarto y hasta en el patio. Ricardo, ven que esta llama que consume mis días sólo responde al calmante de tu espalda de lunares. Ricardo, te escribo todo esto y muero. Y de forma demencial y torrencial, me río porque nunca leerás esto y yo seguiré buscando una manera de perennizarme en tus labios, oh majo...

martes, 18 de enero de 2011

Cuándo es suficiente?

"Mi loco corazón anoche te quería
y esta mañana no, soy pura indecisión.
Vivimos tiempos crueles, o a mí me lo parecen.
Vivimos esperando otro golpe de suerte."
(TARDE DE DOMINGO RARA- AMARAL)
Se encerró en el baño. Con la luz apagada y el corazón a mil revoluciones por microsegundo, lo llamó. Hola, dijo Eduardo sin esforzarse por sonar cortés- puedes conectarte al MSN? Del otro lado, la voz de Nihil, sorprendida y alegré, asintió algo confundida.
Quizá sea la última confusión que le cause, pensó Eduardo. Se saludaron. Era evidente que Eduardo ni siquiera podía decirle Hey! Con la efusividad de siempre. Nihil en vano le dijo: Cielo, cómo has estado? Eduardo decidió encajarle el puñal en seco. Lo siento, repicó. No quiero ser la víctima, ni el victimario pero debo seguir mi camino y no me parece que mi relación contigo ayude en este momento. Nihil respondió, con la tranquilidad de siempre, que era algo que se veía venir. Eduardo sintió un ardor en el cuello y continuó su monólogo. Suena egoísta porque has sido supremamente dulce e infinitamente paciente conmigo... Quizá no encuentre a nadie como tú, en esta puta ciudad ni el balneario que hoy es mi guarida pero no puedo complicármelo más. Alguna vez creí que el amor lo era todo pero ahora siento que no te asegura nada. Nihil demoró en decirle que estaba bien, que esas cosas pasan y que había que estar tranquilos.
Eduardo se encabritó. Ves? Tú siempre tienes esa perspectiva. Yo no puedo con tanta pasividad. Nihil no dijo nada. Quizá estaba llorando, después de todo Eduardo no tenía porque ser tan rudo. Si lo quería terminar, todo bien. Tampoco le iba a rogar. Pero, así? Decidió decirle que respetaba su decisión. Eduardo contraatacó, estaba dispuesto a espetar todos sus fantasmas. Cuando tenía 17, alguien me preguntó si elegiría entre el amor o el éxito. Queda claro que escogí lo segundo y me fue bien. Luego decidí tomarme un tiempo, me enamore de un par de personas y sin saberlo me enamoré de Martín, el hombre de mi vida. Opté por el amor y no salió como esperaba. Ya sabes, él decidió darle crédito a voces innobles y me dejo hecho mierda, en medio de la nada. Nihil, estaba a punto de desconectarse y decirle que siga lamiéndose en privado sus heridas y que lo deje en paz.
No era suficiente el dolor que le había infligido? Tenían más de 40 días de relación y a partir del día 15 todo cambió. Eduardo dejó de llamarlo, de ponerle atención, de estar allí. Nihil decidió no desconectarse, sacó paciencia de donde no había y le dijo que no valía la pena torturarse. Si Eduardo quería su libertad, podía seguir. Y si todo le volvía a salir mal, podría arder en el infierno. Eduardo y su sonrisa de cuento. Eduardo y sus pestañas de anuncio. Eduardo y sus piernas de griego. Eduardo y su gran boca. Eduardo siguió con su propósito catártico. Ahora que estás tú, no quiero lastimarte. Me estoy engañando porque no he podido ni me siento enamorado de ti. A eso le agregamos que nosotros en la cama nunca nos entendimos. Bueno. Pero quiero que te quede muy claro que no te dejo por alguien más. Sigo solo. Demasiadas cosas en la cabeza y no espero que lo entiendas.
Nihil ahora estaba en shock. Lo dejaba por un asunto de cama? Nunca estuvo enamorado de él? No podía creer lo patán que Eduardo estaba siendo. Por última vez, Nihil estiró el cuello y le dijo que si eso era todo, que vaya con Dios. Eduardo se quedó inmóvil frente el ordenador. No supo si dormir o chatear con sus amigos. Salió a caminar. El aire enrarecido del verano y sus largos pasos en el pavimento le dieron la razón. Quizá había sido cruel y atroz pero había hecho lo mejor para los dos. Nihil había sido espiritualmente compatible con Eduardo, sin embargo el amor no lo era todo. Cuando Eduardo se enamoró de Nihil, lo hizo sin reparar en lo complicado que era estar con un discapacitado. El simple hecho de no poder caminar a su lado, rompió el encanto para Eduardo y por eso decidió alejarse. Quién sabe si Nihil ahora disfrute sus muletas nuevas y sueñe con unas piernas firmes mientras Eduardo se levanta a la madrugada llorando luego de haber soñado por tercera vez con resbalarse y ahogarse en el fango.