lunes, 21 de septiembre de 2009

...Y TE DIGO ADIÓS!

"Je me cacherai là

Á te regarder

Danser et sourire

Et à t'écouter

Chanter et puis rire

Laisse-moi devenir

L'ombre de ton ombre

L'ombre de ta main

L'ombre de ton chien"

(NE ME QUITTE PAS- EDITH PIAF)

Es septiembre. Son las 22:15. Acabo de despedirme (aunque él jamás lo sepa) de un chico extraordinario. De esos que nacen cada vez menos en esta parte absurda del hemisferio. Se llama FRANCISCO. Lo conocí por esos aviesos senderos de la cyber-galaxia. Siempre ha sido muy fácil hablar y entender a una persona que tiene mis mismos gustos, manías, fijaciones, carencias, inseguridades, neurosis y sobre todo las mismas heridas.

Cuando nuestra amistad intentaba desbordarse peligrosamente por los terrenos de la pasión, ambos hemos sabido poner el vagón en la vía férrea correcta y seguir comprendiéndonos. Pero últimamente he sentido que si las manillas del reloj continúan su espiral, voy a terminar rindiéndome y diciéndole que me gusta mucho, que este cariño ha crecido bastante y que es posible ver la vida desde otro matiz. A contraluz.

He leído pacientemente cada una de sus vicisitudes e incursiones fallidas, nos hemos reído juntos. Hemos abrazado la luna mientras conversábamos. He sentido su alegría pueril al encontrarme sorprendido ante tanta coincidencia fatal de nuestros destinos. Él se ha quitado el antifaz, y yo he podido admirarlo extasiado como un adolescente que recibe su primer beso. Me he mostrado como soy, sin pudores ni mucha ceremonia, y por un instante siento que me ha querido, que me ha aceptado y hasta "adorado" mis inquisiciones no tan santas (como solía decirme).

He visto sus ojos llenarse de recuerdos de amores pasados y amaneceres. Lo he consolado, estrujándolo en los brazos imaginarios de la nostalgia. He querido saciar su hambre de amor, secar su llanto de desesperanza.

Pero llegamos tarde. Ambos lo sabemos, nuestros destinos ya están demasiado enredados como para virar a la derecha y estirarnos felinamente hacia el sol. Duele decirlo, leerlo, escribirlo, saberlo. El único consuelo es que los dos hemos aprendido (con dolor, ardor, lanto desgarro) a caer de pie. A morir unas horas, bajo el efecto del clonazepam o algún otro antidepresivo, para volver a continuar arrastrando nuestra existencia en un universo, por demás equívoco con quienes aman en exceso.

No he deseado siquiera parecerme a Charlotte Haze (Lolita- Vladimir Nabokov) al escribir una misiva cursi con la esperanza de que nos amemos, nos casemos y esperemos juntos el ocaso de nuestras vidas. Oh no! No he sido capaz de exigirle que me ame o me deje. Sería too much para este par de militantes de la cultura Light y la frivolidad.

Sólo alcance a decirle que recuerde que la felicidad es un imperativo personal.
Y espero, que la vida no nos borre esas memorias agridulceS y esas chácharas amenas.


HABLANDO DE DESPEDIDAS

Me había olvidado que un 25 de Agosto, alguien partió mi alma en dos. Y me llevó a un estado de conmiseración inconcebible para mí. Hoy leí:

electroneciusssss dice: jamassssss haría esto, osea el comentar , no c si leas, porque a lo mejor de que año será este anuncio en finnnnnn, la cuestion es q leí tu blog y me gustó no podia comentar alli asi q decidi hacerlo por aca muyy wena espero q escribas mas, te agregue al msn, si por alli hablaos xvr

No pude evitar acordarme del inicio y tormentoso final de esa historia gris. Y saber que los promesas son los primeros pasos al infierno del desamor...

El monje, ese bisexual confundido y egoista que resultó ser la persona más miserable del planeta. Y que ahora no merece más de 7 líneas en este post...

Debo atesorar en lo profundo de mi corazón (EN TODO CASO) al ángel, sobrino de Sarita Colonia (aunque suene extraño), que me rescató del hoyo y pudo orientarme a reconstruir este pedazo de historia. Porque de esa noche sólo me quedan recuerdos borrosos, confusos y absurdos que han de perder sus últimos rastros como la tinta vegetal diluida en alcohol...